Esta es una vieja leyenda que según se cuenta es la mas pura verdad. Los japoneses tienen la creencia de que las personas predestinadas a conocerse se encuentran unidas por un hilo rojo atado al dedo meñique. Esta leyenda surge cuando se descubre que la arteria lunar conecta el corazón con el dedo meñique. Al estar unidos por esa arteria se comenzó a decir que los hilos rojos del destino unían los meñiques con los corazones, es decir, simbolizaban el interés compartido y la unión de sentimientos. Por eso también el hecho de hacer promesas en algunos países al entrelazar estos dedos con el otro.
La historia en sí cuenta que entre dos o más personas que están predestinadas a tener un lazo afectivo existe un “hilo rojo”, que viene con ellas desde su nacimiento. El hilo existe independientemente del momento de sus vidas en el que las personas vayan a conocerse en ningún caso, aunque a veces pueda estar más o menos tenso, pero es siempre una muestra del vínculo que existe entre ellas. Realmente creo en que hay personas en la que nos une un hilo invisible, porque compartimos con ella la misma esencia y son estas las personas que siquiera necesitamos hablar que con solo verlas o acordarnos de ellas se nos dibuja una sonrisa. Le doy gracias al poder de mi hilo rojo que ato a mi dedo meñique tanta gente maravillosa!!
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